La argumentaciön seudocientifica de la Generaciön del Centenario, sehala
Bernardo Subercaseaux, vino acompafiada de ideas impresionistas que pos¬
tularon la unidad nacional y la integracidn en una raza de rasgos peculiares”.
De este modo, el discurso de racionalidad cientifica se vinculö con una inven¬
ciön emocional que dieron sentido a representaciones que buscaron presen¬
tarse como rasgos naturales del chileno comtn. De ahi que estos discursos
tuvieron un alto impacto en la sociedad chilena, no por su valor real, sino por
su capacidad de reconocimiento y legitimaciön social. Asi, una vez presentada
los rasgos fisicos concretos de la “raza chilena”, se incluyeron ciertas cualida¬
des subjetivas de la personalidad general del pais que se tomaron como una
realidad intrinseca de los nacidos en Chile.
La valentia y la resistencia fueron conceptos frecuentes en la historia de
confrontaciön entre espaholes y mapuches desde la época colonial. Estos ele¬
mentos fueron rasgos caracteristicos de la raza chilena para toda la Genera¬
ciön del Centenario. Por ejemplo, el profesor y periodista nacido en Talca,
Tancredo Pinochet, resefid: “Somos valientes. Registramos en nuestra his¬
toria guerrera heroismos de los mas puros y grandiosos que puedan ufanar¬
se los anales de la guerra de la humanidad. Y esta valentia y este amor a la
libertad no podran desaparecer tan luego, pues tienen sus raices alla en la
cuna de nuestra raza, en los hijos de Arauco””. Por su parte, el profesor de
Melipilla Alejandro Venegas, quien firmaba sus trabajos con el seudönimo
de Dr. Valdes Cange, postulö que el heroismo del pueblo mapuche existié en
la época colonial, pero que en el nuevo contexto moderno estos valores se
degeneraron, perdiendo parte esencial de su identidad. El autor sefala: “La
antigua Araucania fue conquistada a sangre y fuego por nuestro ejército que,
provisto de mejores elementos bélicos que sus predecesores, los soldados de la
peninsula, no encontré en los mapuches, ya degenerados, aquella resistencia
heroica y obstinada que cantö Ercilla”?.
Todos los ensayistas de este periodo coincidieron que los chilenos poseian
una alta moral en el periodo colonial y a inicios de la independencia. Seña¬
laban que habia un conjunto de costumbres y normas sociales que eran el
camino hacia el progreso nacional. El abogado de Linares, Francisco Anto¬
nio Encina, por ejemplo, señalé: “la evolucién moral del pueblo chileno, es¬
pecialmente de sus capas superiores, adquiere proporciones vertiginosas. La
moralidad se eleva en una forma desconocida en la historia de los pueblos””*.
Toda esta construcciön discursiva se manifestaba en el rescate de tradiciones
Subercaseaux: Historia de las ideas. Tomo IV, 93.
2 Tancredo Pinochet: La conquista de Chile en el siglo XX, Chile, Imprenta, Litografia y En¬
cuadernaciön La Ilustraciön, 1909, 188.
3 Alejandro Venegas (Dr. Valdes Cange): Sinceridad. Chile intimo en 1910, Chile, Imprenta
Universitaria, 1910, 171.
Francisco Encina: Nuestra inferioridad econömica. Sus causas y consecuencias, Chile, Im¬
prenta Universitaria, 1911, 122.