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HISTORIA, MODERNIZACIÓN E IDENTIDAD EN CUBA historiador no reconstruye la historia sino que la construye, añade su imaginacion, su propio pasado, se enlaza con su propia subjetividad, condiciön que no debe menospreciar nuestro oficio, al contrario, tal vez lo humaniza: “La historia es, segin mi forma de ver, una construcciön, mäs especificamente un producto del discurso y la discursivizaciön. Sin duda, en nuestros tiempos, los historiadores desean ser objetivos, y contar la verdad, asi como agudos en lo que tienen que decir acerca del pasado, lo que, en la präctica, normalmente significa ocultar sus propias actividades como compositores de esta condiciön de existencia llamada historia”*®°. White sefala la importancia de lo literario en la imaginaciön histörica y en la recreaciön que realiza el historiador de un hecho histérico determinado. Este concepto nos ayuda a comprender la construccién del relato histörico de la primera historiografia cubana, en la que confluyeron la necesidad de cohesionar una narraciôn que avalara la credibilidad nacional, la influencia del movimiento romantico y su exaltacién del yo y la naturaleza, un proyecto diferenciador ante la diversidad étnica y, en particular, una estructura econömica y social que facilitara su andadura y supervivencia. Esta vocaciön por rescatar las obras histöricas mas sobresalientes y cimentar una genealogia de historiadores cubanos es la que alienta las reediciones de la Revista Bimestre Cubana, a principios del siglo XX, de textos precedentes, como Lo que fuimos y lo que somos o La Habana antigua y moderna, escrito a mediados del XIX por José Maria de la Torre*!. En 1898, un mes después de la rendicién del Ejército español ante el general estadounidense Nelson Miles, cien personalidades cubanas, encabezadas por el pensador Enrique José Varona, redactaron un manifiesto dirigido al pueblo de Cuba?. En el primer parrafo abogaban por “la necesidad suprema de la union de todos sus elementos vitales en identidad de propösitos y uniformidad de conducta” ante la transitoriedad de la ocupaciön militar, sin sospechar que la Enmienda Platt, impuesta tres afios después, iba a consolidar su tutela en la isla. Se apelaba a la unidad nacional: “Vamos a dar a Cuba, el sosiego que demanda, para que le demos cuanto antes la organizaciön definitiva que le permita asegurar la prosperidad que le es tan facil obtener y la cultura que le promete la historia de sus grandes empefios. Vamos a 30 Hayden White: El texto histérico como artefacto literario, Barcelona, Paidés-UAB, 2003, 43. Publicado originalmente 1857 por la Imprenta de Spencer y Compañia. La reediciön es de 1912. 3° A] pueblo de Cuba. Dirigido y firmado por 100 destacados cubanos desde New York en 1898 en relaciôn a la ocupaciôn de los Estados Unidos a Cuba, Impreso en Nueva York, 1898. El documento esta depositado en la Biblioteca Digital del Caribe. * 339 +